Te amo en silencio

                                                         

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 En el mar de tus ojos, me sumerjo.
 Me envuelven cálidas aguas, me acuna un dulce susurro, es tu voz tan dulce y calma.
 Me llega lejana, clara como la luz de la mañana, me embriaga, me confunde. Inunda mi ser, me transforma.
 En mi estómago revolotean mariposas de espuma nacarada, dulce, suave.
 En tus cabellos me pierdo, mis dedos recorren tu cuello como caballos blancos desbocados, inquietos, ávidos de tus formas, tu cintura y el viento.
 Tu piel aterciopelada me grita, me aclama, me suplica, me invita a perderme entre sus curvas malditas.
 Delicada rosa, blancos pétalos, candor de sirena, tu boca es dulce como la miel, manjar de reyes, que yo profano con cada beso.
 No soy digno, ni del roce de tu mirada, criatura diáfana, etérea, tus movimientos son cadenciosos, lentos y silenciosos, eres como la bruma que del mar se alza, oscureces al sol con tu belleza, inmaterial, impalpable, efímera y fugaz.
 En mí el deseo explota como un volcán sofocante y ardiente, mi garganta se quema con el pensamiento de rozar tu piel, de acariciar tu cuerpo.
 Tímida criatura indefensa como un ciervo, no tienes idea de lo que por ti siento. Te amo en silencio y ese es mi castigo, me desgarro el corazón en jirones, por ti sufro por ti muero, con tu pensamiento me desvelo...

                                                                                                              Silvana D.Saba