El amor es cosa de otro planeta

El amor es cosa de otro planeta

viernes, 26 de agosto de 2011

Fragmento de El amor es cosa de otro planeta ...


                                                                   Prefacio



Cuando me desperté aquella mañana el sol aún no había despuntado en el horizonte, el aire de la madrugada era frío, me calaba los huesos, el sudor de mi piel se mezclaba con la humedad del ambiente.
En mi pecho el corazón galopaba como un potro desbocado, en el centro del estómago un nudo se me apretaba cada vez más fuerte, mi aliento jadeante rompía el silencio sepulcral del bosque.
Las siluetas comenzaban a perfilarse, los ojos me dolían por el esfuerzo de mantenerlos abiertos y por el aire helado que entraba en ellos mientras corría; las lágrimas brotaban a borbotones y descendían por mis mejillas ardientes.
Las manos me ardían y un dolor intenso laceraba mis sentidos. Los huesos tumefactos y el puño cerrado. Cuando abrí mi mano, un hilo de sangre corrió por el dorso, me envolvió su suave y cálido olor que emanaba de mis heridas.
De repente tomé conciencia de que estaba exhausta, las piernas no me respondían, las sentía pesadas, como si llevara conmigo el peso del mundo entero; caí de rodillas al suelo sintiendo como se hundían en la nieve fría y dura, bajo el peso de mi cuerpo.
En el último aliento la visión borrosa de un claro en el bosque devolvió vida y esperanza a mi cuerpo agotado.
Respiré profundamente, me dolía el pecho, cerré mis ojos y pensé " no puedo fallarme, no puedo fallarles… “En mi mente la imagen de todas aquellas personas que quería, pasó como un relámpago.
Estaba descompuesta, la boca se me puso amarga como la hiel, el estómago revuelto por el olor a sangre, hundí mis dedos en la nieve fría y húmeda para no desvanecer, sentí como se metía entre las uñas y mi piel.
Nunca había sido una persona muy fuerte, a veces me consideraba demasiado frágil para afrontar la vida. Pero en este instante, en este preciso instante en el cual mi vida estaba a punto de llegar a su fin, descubrí que no deseaba morir en este momento, ni en este preciso lugar.
Entonces fue cuando sentí como si una daga arañara con su filo mi hombro, la mirada se me nubló… la oscuridad se apoderó de mí.





3 comentarios:

Anna princesa dijo... [Responder]

woooooo!!! la cosa promete, me dejas intrigadisima, lastima que no pueda leer mas ¡de momento! ojala tengas mucho exito, la novela parece fantastica.

¿como llevas lo del marca paginas?

Besitos

J.P. Alexander dijo... [Responder]

Lo dejaste en la mejor parte

Anónimo dijo... [Responder]

Una muy buena forma de dar comienzo a la historia, manteniendo la intriga en todo momento. Realmente el libro tiene muy, pero que muy buena pinta.

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